Silencio… Únicamente el silencio conseguía empañar los segundos de la pegajosa
soledad. Mientras permanecía inútilmente frente a una hoja en blanco, esperando
estúpidamente que afloraran en su recuerdo los momentos más entrañables que
había vivido junto a aquél hombre, sentía un profundo dolor en el pecho que le
oprimía impidiéndole escribir una letra. Inútilmente cogía el lápiz con fuerza
y se acercaba al papel esperando a que afloraran las letras; aquellas que
compondrían la historia que quería escribir, pero era incapaz de escribir una
letra.
Varias
lágrimas habían caído en el folio en blanco que enjuagaba como podía con la
manga de su chaqueta. Se veía inútil, vacío. Se sentía absurdamente querido por
alguien que ya no estaba mientras intentaba escribir sus recuerdos. Todo ese
esfuerzo valía la pena si conseguía evitar que el hombre del sombrero gris no
sucumbiera al olvido.
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