Cogió el bolígrafo y empezó a escribir sin detenerse ni un
momento. En su cabeza nacían palabras una detrás de otra, como si hubiera
abierto las puertas de su imaginación, y a paladas fueran saliendo palabras que
rápidamente escribía en el papel. Fue llenando sin orden alguno el folio, en
silencio, siguiendo con sus ojos los trazos que el bolígrafo hacía alegremente.
Cuando acabó con la primera cara, dio la vuelta al papel y empezó con el mismo
entusiasmo la siguiente. No sabía por qué, pero necesitaba escribir. Sentía la
necesidad imperiosa de plantarse frente a un papel, coger firmemente el
bolígrafo y escribir, nada más. Finalmente, tras haber llenado tres folios por
ambas caras, paró. La mano le hervía y sus dedos le temblaban. Tras ordenar delicadamente
las hojas y masajearse un poco los dedos, se acomodó y empezó a leer:
“Casa, árbol, hiena,
perro, trucha, locura, pez, reloj, boli, flecha, trabajo, manto, nube, cielo,
armadura, tú, ella, soledad, amor, esperanza, vacío…”
Paró de leer y tiró el
papel al suelo. Una sensación extraña le recorrió todo el cuerpo. ¿Qué había
ocurrido? Ni siquiera se había dado cuenta de lo que escribía… ¿Vacío? ¿Pero en
qué estaba pensando? Después de frotarse la cara esperando despertarse de ese
mal sueño, miró al suelo y se fijó en esos papeles llenos de ideas misteriosas.
¿Valía la pena cogerlos de nuevo o debía rechazarlos y abandonarlos? El silencio
llenaba todos los rincones de la habitación en la que estaba. Sentía la
necesidad de leer lo que había escrito… un momento, ¿necesidad o curiosidad?
Finalmente, tras permanecer frente a los papeles un buen rato, se agachó, y sin
esperar a incorporarse, leyó de nuevo en voz alta:
“Esperanza, felicidad, cordura,
locura, bondad, miedo, farola, coche, américa, tarta, queso –Sonrió. Le gustaba
el queso-, moto, casco, trabajo, sencillo, tú, ella, soledad, amor, esperanza,
vacío…”
Paró de nuevo pero esta
vez arrugó los papeles antes de volverlos a lanzar al suelo. ¿Qué estaba
ocurriendo? Había repetido las seis últimas palabras otra vez, y en el mismo
orden, ¡y sin darse cuenta! La sensación extraña se covirtió en sudor y
escalofrío. ¿Por qué aparecía ella en sus escritos? ¡Si no existía! Maldecía por
habérsele ocurrido escribir esa mierda de palabras porque habían conseguido
herirle de muerte… otra vez. No lo
entiendo, murmuraba mientras miraba las bolas de papel. No lo entiendo. En ese momento cogió un
nuevo folio, y tras elegir el bolígrafo rojo, se sentó en la silla y empezó a
escribir:
“Querida tú, no sé
quién eres pero me tienes tremendamente enamorado. No sé dónde estás ni si
existes, pero pienso en ti todos los días. No sé si te conoceré algún día, pero
no puedo y no quiero pensar que no lo haré. No sé por qué estás en mi cabeza si
nunca en la vida he olido tu perfume, si nunca he escuchado tu voz, si nunca he
percibido tu tacto… te pido por favor que aparezcas pronto, o que desaparezcas
para siempre. Vivir con este sueño me ahoga, y no quiero echarte de menos.”
Dio un suspiro y se
acomodó en su cama. De pronto se sintió aliviado. Esa sensación extraña que
antes le había conquistado, se había convertido en una tranquilidad indescriptible.
Sus párpados empezaron a pesarle y su cuerpo a ralentizarse. Poco a poco la
habitación fue convirtiéndose en tinieblas y la suave brisa que antes percibía
iba desapareciendo. Quería moverse pero no podía. Quería caminar pero no vivía.
Quería, quería…
-
Buenos días, ¿cómo se encuentra?
-
Doctor, me ha parecido verle sonreír…
-dijo mientras apretaba fuertemente
la mano a su marido.
-
Seguro que lo ha hecho, señora… El
que esté en coma no significa que no recuerde ni sienta.
-
¿Cree usted que despertará?
-
Es lo que todos esperamos, señora. Es
lo que todos esperamos.
y lo que yo me pregunto es... porqué estropear algo que iba tan bien, con la última conversación. No lo mejora lo estropea, porque me no encaja y todo lo anterior es muy bueno
ResponderEliminarPara mí la última conversación le da sentido a todo lo anterior. Que es un no sentido. No había entendido el texto hasta que leer la conversación. Esa sensación abstracta, indefinida, vacía y a la vez llena. Me gusta.
ResponderEliminara mi me ha puesto la piel de gallina, sólo el trozo de la escritura
ResponderEliminar¡me alegra que os guste!
ResponderEliminarEres un romántico empedernido, galletita,
ResponderEliminarResulta que a mi también me apetecía escribir. Pero me he liado leyendo posts... Y, ¡imaginarás mi (grata) sorpresa cuando entro en el tuyo y me encuentro con esto!
Me encanta el detalle de su pasión por el queso. Y el final, como no, le da ese toque de... ¡PAM!
A ver si me pongo al día con tus posts... ¡y con los míos!
¡Pero a quién veo por aquí! Imperativo que actualices tu blog. Ya sabes que es como el queso: apasionante. jajaja
ResponderEliminarGracias por tu comentario y escribe, releche!!