domingo, 5 de diciembre de 2010

el origen


- Vuelve al origen.

- ¿cómo? –pregunto

- Pura esencia, amigo mío. Ahí es donde debes estar. –me contesta.

- Lo intentaré… -murmuro. Y tras un momento en silencio le digo- Escucha.

Recuerdo una historia, la de un muchacho que soñó despierto durante toda su vida. Soñó con un ángel. Su nombre, desconocido. Lo único que necesitaba era recordar, y junto a ese recuerdo tejía su historia, cada vez más y más fuerte. Era tal su amor furtivo, que incluso caminando por la calle unía las manos simulando que enjaulaba la suya con la de ese recuerdo. Pero dentro de ese amor, había un profundo pozo de sufrimiento y desespero. No sabía cómo evadirlo si dejar de pensar en ella. Gozaba por unos minutos de su gloria, junto a su historia, pero pronto aparecían las sobras de la realidad y lo nublaban todo. La angustia se apoderaba del muchacho por ver que su dulcinea no existía. Era un pobre enamorado de la nada.

- Vamos a ver, este chico se enamoró de un sueño, entiendo. ¿esto es posible?

- En el origen las cosas pueden ser o no ser. En este caso, el amor de este muchacho se cristalizó en un sueño y un recuerdo constante. Sobre la base de una mínima realidad. Era su vida y su ilusión. Alguien que siempre le sonreía cuando él lo necesitaba. Alguien que siempre estaba junto a él. Era un amor de capricho, pero…

- Bendito capricho- dijo interrumpiendo.

- …sí. Bendito. –afirmé.

- Entonces, ¿siempre se quedó con el amor de un sueño?

- No. Finalmente, después de muchos momentos turbios, conoció a su sueño.

- ¿existía esa mujer?

- Sí. Pero no adelantes acontecimientos. Sigue escuchando, pues para saber el cómo, hay que conocer el por qué. Ahí es donde vamos.

- Al origen. –comenta.

- Sí.

4 comentarios:

  1. increible?impresionante?guay?fantástico?xaxi?
    ...
    sin palabras.
    Puedo decir que no soy de esas personas que leen las palabras de posibles grandes artistas. No porque no me guste disfrutar de una buena lectura. Sino porque no me gusta malgastar el tiempo en textos sin contenido que no te conducen a nada.
    Peco de querer siempre aprovechar el tiempo y de que ese tiempo sea satisfactorio.
    Pasar minutos que luego se convierten en horas frente al ordenador me parece absurdo.

    Así que no voy a dar más vueltas; sin palabras, sin palabras me he quedado al poder recibir ese sentimiento que transmites cuando plasmas tus palabras, tus ideas.

    Así que gracias.

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  2. Uno que pasaba por aquí5 de diciembre de 2010, 8:09

    Me ha gustado mucho este escrito, aunque es muy enigmático. Obviamente deduzco que esa es la intención de su autor, crear incógnitas que se irán resolviendo en próximos capítulos.

    Había leído anteriormente este blog, pero creo que sólo una vez había llegado a comentar anteriormente. En esta, mi segunda, quiero intentar entender a que te refieres con volver al origen.
    Volver al origen se trata de reencontrarse consigo mismo, o de ordenar los sentimientos que el protagonista siente por una chica que le hizo perder el sentido de la realidad.
    Es superar el recuerdo de un amor pasado que le tortura, o simplemente eliminar todo aquello que en los últimos tiempos su mente ha ido acumulando y que ahora siente que le sobra, como si de una pesada carga se tratara y necesitase liberarse.
    Es en definitiva un deseo de vover a donde empezó todo, para entender y asimilar aquella figura femenina que le afectó hasta casi desquiciarlo.O auto desmontarse pedazo a pedazo para luego reconstruirse con la paciencia de un artista del Renacimiento, pudiendo así volver a la realidad de lo que un día fue. O dicho de otro modo, despertar.
    Son demasiadas incógnitas imagino. Y si las sumamos a las de tu escrito nos hallamos ante un auténtico mar de dudas.
    Yo mismo trataría de resolver con mucho gusto todas esas dudas pero temo que no puedo, al fin y al cabo, sólo soy uno que pasaba por aquí.

    Por cierto, enhorabuena por tu talento "mon ami".

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  3. No puedo evitar que me venga a la mente la película de Di Caprio, tan nefasta.

    Sin embargo, tu texto me ha gustado. Vuelves a desnudarte, y a mi me gusta verte desnudo. Tus líneas tienen mucho de autobiográficas, y por eso transmiten: el qué, ya no lo sé. Quizás es una mezcla de incredulidad y empatía.

    Empatía porque celebro que sientas algo verdadero y bueno. A mi también me gusta lo bueno, sobretodo los macarrones con queso fundido por encima.

    Incredulidad porque es inconcebible que alguien que sienta eso no mencione al Maestro del que ha bebido: Herman Hesse. Sí, el muchacho ha leído al alemán orientalista, sus obras Narciso y Goldmundo y Cuentos maravillosos cuanto menos, y aún así ni lo nombra. Si habla de orígenes, que mente sus fuentes, que describa la tierra marrón sobre la que se asientan sus raíces y el nombre del abono que lo alimentó.

    Saludos,

    A.

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  4. Eres un crack a la hora unir palabras y de ellas crear un relato como el que he acabado de leer. Me ha dejado maravillada. Crea dudas eso si, pero las matizas de una forma sublime.

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